Ante la falta de kiosco escolar, los alumnos del último año pusieron en marcha un sistema de ventas que une la práctica comercial con el aprendizaje en gestión.

Este año, los estudiantes de 6to año de nuestra institución sorprendieron con una iniciativa tan necesaria como ingeniosa: la creación de un microemprendimiento escolar que funciona durante los recreos. La propuesta surgió como respuesta a una situación concreta —la ausencia del kiosco tradicional— y se convirtió rápidamente en un proyecto que combina educación, organización y espíritu emprendedor.

Aprovechando los conocimientos adquiridos a lo largo de su formación con orientación en economía y administración, los chicos decidieron tomar las riendas y ofrecer una solución práctica. Ellos mismos se encargan de comprar la mercadería, organizar los turnos de venta, gestionar el stock, fijar precios y atender a sus compañeros. Todo esto les permite aplicar contenidos trabajados en materias específicas, en un contexto real y con objetivos claros.

Además de representar una oportunidad para poner en práctica lo aprendido, esta iniciativa fortalece valores como la responsabilidad, el compromiso grupal y el trabajo colaborativo. También impulsa el sentido de pertenencia y el protagonismo estudiantil, mostrando que los alumnos pueden ser agentes de cambio dentro de la escuela.

El emprendimiento ha sido bien recibido por el resto de la comunidad educativa, y se espera que continúe desarrollándose y creciendo en los próximos meses.